Pie de foto: Captura de pantalla de un vídeo de YouTube que habla de la teoría de la conspiración de los microchips de las vacunas.vaccine microchip conspiracy theory. Credit: Youtube Screenshot

MITOS: Las vacunas COVID-19 contienen un chip de seguimiento magnético que permite al gobierno rastrear a las personas vacunadas.

DATOS: La vacuna COVID-19 no tiene un microchip. No es posible, dado el tamaño requerido para los microchips, dijo a CNBC el Dr. Matt Laurens, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas. Laurens explicó además que un microchip requiere una fuente de energía asociada que tendría que transmitir una señal a través del músculo, la grasa y la piel, lo que hace que no tiene sentido que haya un microchip en la vacuna COVID-19. Al investigar más a fondo, nuestra entrevista con la Dra. Miriam Merad, MD, PhD, directora del Instituto de Inmunología de Precisión, confirmó que las afirmaciones de que las vacunas COVID-19 tienen microchips son “infundadas.” Cualquier “material extraño en la vacuna pondrá en riesgo su eficacia,” dijo, y tener algo como un microchip en la vacuna arruinará su contenido.

ANTECEDENTES: Cuando la pandemia del COVID-19 se politizó cada vez más y las vacunas empezaron a distribuirse, las teorías conspirativas sobre las vacunas poblaron Internet y ganaron adeptos. Una de las conspiraciones más populares era que la vacuna inyectaba un microchip de seguimiento que convertía a las personas en magnéticas y permitía al gobierno, y a las élites como Bill Gates, rastrear a los vacunados. Los rumores sobre Bill Gates se extendieron en marzo de 2020 cuando Gates mencionó el lanzamiento de una iniciativa que tendría certificados digitales de vacunas, pruebas de COVID-19 y recuperaciones. Es importante señalar que las posibles tecnologías a las que se refiere Bill Gates son totalmente diferentes a la vacuna y tampoco son una fuente de seguimiento. Cuando se plantearon estos rumores a la Fundación Bill y Melinda Gates, ésta los negó rotundamente, diciendo que la afirmación era falsa. Cuando hablamos de esta afirmación con Merad, nos explicó que este rumor, en el fondo, es cinismo. Merad se explayó diciendo que Bill Gates no tiene nada que ganar con la contorsión de las vacunas, sobre todo porque él se encargó de facilitar la distribución de vacunas en otros países.

El Dr. Martin Herrmann, director médico de Mayo Clinic en Waseca y Nueva Praga, explicó que estas afirmaciones son falsas. Herrmann aseguró que no hay forma de que la vacuna rastree a las personas o recopile información personal. Es simplemente una vacuna de ARNm que instruye a las células del cuerpo cómo fabricar una proteína que ayudará al cuerpo a desencadenar una respuesta inmunitaria si entra en contacto con COVID-19. El único objetivo de las vacunas contra el COVID-19 es prevenir la propagación del virus y reducir las tasas de hospitalización y de mortalidad debidas al mismo. 

Aunque los rumores sobre vacunas que contienen microchips han sido firmemente desacreditados, esta teoría conspirativa sigue circulando por Internet. Según CNBC, se preguntó a 1.500 adultos estadounidenses si creían que el gobierno de EE.UU. estaba utilizando la vacuna COVID-19 para poner microchips a la población, el 5% de ellos dijo que sí. Las vacunas COVID-19 se administran con agujas que tienen un diámetro interno de entre 0,26 a 0,41 milímetros. Un microchip rara vez es más pequeño que un centavo y es importante reconocer que los chips necesitan fuentes de energía para poder utilizar la funcionalidad de rastreo, lo que hace prácticamente imposible que un microchip teórico tenga funcionalidad de rastreo.

¿A DÓNDE VAMOS DESDE AQUÍ?

Las dudas sobre la vacuna, especialmente en lo que se refiere a la vigilancia gubernamental, son comprensibles. Durante años, las comunidades marginadas han sido objeto de una vigilancia injustificada, pero ten por seguro que la vacuna COVID-19 no es una tecnología de vigilancia. Para disipar este rumor, es importante entender los hechos que hay detrás de la vacuna COVID-19, especialmente en lo que se refiere al rumor de que la vacuna contiene un microchip.

Para empezar, los ingredientes de las vacunas COVID-19 no son peligrosos; los ingredientes (grasas, azúcares, sales) utilizados están presentes en muchos alimentos. Cada fabricante de vacunas tiene su propia lista de ingredientes. Las vacunas COVID-19 NO contienen ingredientes como conservantes, tejidos, antibióticos, proteínas alimentarias, medicamentos, látex o metales.Merad explica que el objetivo ahora mismo, en medio de una campaña de vacuna de refuerzo, es “hacer que el ARNm permanezca el tiempo suficiente y no se degrade … para que la proteína puede ir y estimular una respuesta inmunitaria.” La respuesta inmunitaria es la forma en que funciona la vacuna contra el COVID-19, ya que enseña al sistema inmunitario a defender el cuerpo mediante la producción de anticuerpos, y estos anticuerpos son los que nos protegen de la infección por el COVID-19. Esencialmente, estos anticuerpos bloquean la entrada del virus al enganchar con el virus e impedir la entrada de otras células. El anticuerpo cubre literalmente la proteína que se utiliza para unirse al receptor y entrar en la célula. Merad afirma que la vacuna es efectiva y que existen datos que demuestran su eficacia, pero también se refirió a los efectos secundarios de la misma. “Como ocurre con cualquier vacuna o medicamento … existe el riesgo de que se produzca una reacción sobreinmune.” Merad explica que cientos de millones de personas han sido vacunadas y que conocemos los efectos secundarios, por lo que podemos preparar a la gente para que los experimente y también para tratarlos. Los beneficios superan a los riesgos; tratar los efectos secundarios leves durante un breve periodo de tiempo puede salvar la vida de alguien si se infecta con COVID-19.

Traducido por KAREN JUANITA CARRILLO

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