Antes de mayo de 2021, menos del 2% de los nuevos casos de COVID-19 en la ciudad de Nueva York eran reinfecciones, según los datos del Departamento de Salud del Estado de Nueva York. Un año después, en mayo de 2022, más del 12% de los casos nuevos son reinfecciones. Las reinfecciones por COVID-19 se definen como una persona que vuelve a ser positiva por COVID-19 90 días o más después de haber sido positiva por primera vez. Según el sitio de datos de salud de Nueva York, “el número de personas que se han infectado con COVID por segunda vez ha aumentado drásticamente.” Dos factores cruciales que contribuyen al último aumento tanto de las infecciones como de las re-infecciones de COVID-19 son el aumento de la variante COVID-19 Ómicron, y la relajación de los mandatos de COVID-19, como el uso de la mascarilla.
Hay un creciente conjunto de evidencias de que la variante Ómicron tiene la capacidad de que los individuos que han tenido previamente COVID-19 se re-infecten de una manera que las variantes anteriores no han podido hacer. Según un artículo publicado a finales de 2021, los autores observaron “pruebas de un aumento sustancial y constante del riesgo de re-infección que es coincidente a lo largo del tiempo con el momento de la aparición de la variante Ómicron… al menos en parte impulsado por una mayor capacidad de infectar a individuos previamente infectados. En cambio, no encontramos pruebas de que el riesgo de re-infección haya aumentado como resultado de la aparición de las variantes Beta o Delta”.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la variante Ómicron “puede eludir la inmunidad previa de las personas, por lo que puede seguir infectando a los que han tenido COVID-19 en el pasado, a los que no están vacunados, y a los que se vacunaron hace muchos meses. Las personas que se han recuperado de COVID-19 tienen de 3 a 5 veces más probabilidades de ser re-infectadas con Ómicron en comparación con Delta.” Teniendo en cuenta que Ómicron y sus subvariantes provocan un aumento de infecciones y re-infecciones, ¿cómo pueden protegerse personas? En una entrevista para la Capitol Press Room WCNY Radio, el Dr. Denis Nash, catedrático de Epidemiología de la Escuela de Postgrado de Salud Pública y Política Sanitaria de la CUNY, afirmó que “la probabilidad de re-infección de Ómicron es mayor que la de Delta.” Denis Nash dijo: “Creo que sigue siendo importante tomar otras precauciones que sabemos pueden limitar la transmisión en la comunidad y sabemos que pueden proteger la gente… si todo el mundo se vacunara y se reforzara mañana no afectaría a lo que está pasando con la transmisión en la comunidad durante bastante tiempo, así que creo que hay que confiar en muchas de las otras estrategias que sabemos que son útiles y eficaces para controlar la propagación en la comunidad y yo pondría mascarillas en lugares públicos específicamente en ese grupo.”
En respecta a las continuas desigualdades con COVID-19, el Dr. Nash habló sobre el informe Chasing COVID, en el que participa como investigador, y afirmó: “Se podría esperar que las disparidades y las tasas de infección… empezaran a ser grandes pero se redujeran con el tiempo, pero en nuestro estudio de cohortes, vimos muy rápidamente que… las disparidades raciales y étnicas persistían, las tasas más altas de COVID en los trabajadores esenciales se mantenían altas.” Estos retos también pueden verse en relación con el uso de mascarillas.
Nash es coautor del artículo “Household factors and the risk of severe COVID-like illness early in the U.S. pandemic,” en donde se afirma que “el uso de mascarillas es una estrategia eficaz tanto para reducir el riesgo de contagio de una persona infectada a personas susceptibles, como para reducir el riesgo de infección del usuario de la mascarilla. Sin embargo, todavía pueden producirse infecciones cuando personas infectadas y susceptibles utilizan las mascarillas, pero es más probable que estas infecciones den lugar a una infección asintomática o más benigna por el SARS-CoV-2, debido a una dosis infecciosa menor.”
Como las mascarillas son un aspecto crucial para seguir protegiéndose de la transmisión comunitaria y de la re-infección, es importante saber que no todas las mascarillas son iguales.
Las mascarillas nos mantienen a salvos, según la doctora Jennifer Veltman, jefa de enfermedades infecciosas de la Loma Linda University Health. El artículo del sitio de noticias en línea de la universidad “Mask myths, double-masking and the truth behind effectiveness” indica que una “buena regla general: si puedes apagar fácilmente una vela a través de tu mascarilla, es posible que sea demasiado porosa y una buena idea encontrar un producto de mejor calidad.” La Clínica Mayo señala que “si se encuentra en una zona con un elevado número de nuevos casos de COVID-19, los CDC recomiendan llevar una mascarilla en interiores en público y en exteriores en zonas concurridas o cuando esté en estrecho contacto con personas no vacunadas. Si está totalmente vacunado y tiene una afección o está tomando medicamentos que debilitan su sistema inmunitario, es posible que tenga que seguir usando una mascarilla. También tendrá que seguir usando una mascarilla en los aviones, autobuses, trenes y otros medios de transporte público en los que viaje hacia, dentro o fuera de los Estados Unidos, así como en lugares como aeropuertos y estaciones de tren.” Actualmente, el Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York ha establecido el nivel de alerta de COVID-19 en ALTO y “aconseja ahora a todos los neoyorquinos que lleven una mascarilla en cualquier lugar público interior. Las personas mayores de 65 años o que corren un alto riesgo de contraer una enfermedad grave por COVID-19 también deben llevar una mascarilla en lugares concurridos al aire libre y evitar las reuniones cuando sea posible.”
traducido por KAREN JUANITA CARRILLO